viernes, 12 de febrero de 2016


¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?

Somos parte de la Mente Cósmica. La esfera mental de cada persona se extiende por todo el Cosmos y llega hasta las estrellas más lejanas. Esta es la causa por la cual vemos, oímos y sentimos todo lo creado. Este es el motivo por el cual podemos ver las estrellas más lejanas. Nuestro pensamiento no está encerrado en el cráneo. Nuestro pensamiento se extiende por todo el Cosmos. Nuestro pensamiento penetra en todas partes: mundos, soles, personas y cosas, todo está dentro del pensamiento de cada hombre.
La mente es Energía Universal. La mente vibra y centellea en todo lo creado. El cerebro no es la mente. El cerebro es únicamente un centro receptor, una oficina radiotelegráfica que recibe los mensajes de la Mente. El cerebro no piensa. Quien piensa es la Mente y ésta no es el cerebro.
Las religiones dicen que el alma humana tiene un cuerpo de carne y hueso. Los Teósofos sostienen que el alma tiene además del cuerpo de carne y hueso, un cuerpo mental. Todas las escuelas de Oriente y Occidente que se dedican al estudio de lo no evidente, le enseñan a manejar a sus estudiantes el cuerpo mental. El alma envuelta en el cuerpo mental puede transportarse a voluntad a otros planetas y ver lo que sucede allí.
Todo el Universo está dentro de la mente humana. Todas las mentes están dentro de todas las mentes. Vivimos mutuamente en la esfera del pensamiento ajeno.
Todos estamos dentro de la mente de todos. Todos estamos sumergidos en el océano de la Mente Universal.
 
Si un hombre piensa tanto en sentido bueno como malo, las ondas que emanan de su mente llegarán al cuerpo mental de cada individuo. Las ondas mentales se propagan por todas partes. Cuando las ondas son de sabiduría y amor, benefician a todos aquellos que las reciben. Cuando las ondas están permeadas con la devoción y veneración hacia Dios, llevan paz y consuelo a todos aquellos que están en sufrimiento. Las ondas mentales venenosas dañan la mente ajena.
 
Las ondas mentales de odios, envidia, codicia, lujuria, orgullo, pereza, gula, etc., producen epidemias mentales. Las ondas mentales perversas envenenan con su radioactividad a muchas mentes débiles. El caso de “los rebeldes sin causa” es un buen ejemplo de lo que son las epidemias mentales. Los “rebeldes sin causa” se han convertido en una plaga mala y dañina.
La causa de esta epidemia mental debemos buscarla en la imaginación mal usada.
 
Se necesita practicar higiene mental. Es urgente una medicina preventiva. Cultive Ud. la sabiduría y el amor. Haga Ud. mucha oración diariamente. Seleccione Ud. las obras de arte: le aconsejamos la buena música, la música clásica, la buena pintura, etc. Evite Ud. los espectáculos dañosos para la mente: los espectáculos sangrientos como el boxeo, la lucha libre, las corridas de toros, etc. Esta clase de espectáculos producen epidemias, mentales. Cuide Ud. su mente, no permita Ud. que dentro del templo de su mente penetren los malos pensamientos. Sea Ud. puro en pensamiento, palabra y obra. Enséñele a sus hijos todo lo bueno, lo verdadero y lo bello.
 
La Gran Realidad Divina surgió de su propio seno en la Aurora de este Universo Solar en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser. La Gran Realidad no se conoce a sí misma, pero al contemplarse en el espejo viviente de la Gran Imaginación de la Naturaleza, llega entonces a conocerse a sí misma. De este modo se crea una actividad mental, vibratoria, por medio de la cual la Gran Realidad conoce sus imágenes infinitas que lucen maravillosas en el escenario cósmico. Esta actividad que saliendo de la periferia se dirige al Centro, es lo que se llama Mente Universal.
Todos los seres vivimos sumergidos en el océano infinito de la Mente Universal. Así todos vivimos dentro de todos. Nadie puede separarse mentalmente. La herejía de la separatividad es la peor de las herejías.
La actividad intelectual de la Mente Universal dimana de una fuerza centrípeta; y como a toda acción sigue una reacción, la fuerza centrípeta al hallar en el centro una resistencia, reacciona y crea una actividad centrífuga llamada Alma Cósmica. Esta Alma Cósmica, vibratoria, resulta ser un Mediador entre el centro y la periferia, entre el Espíritu Universal de Vida y la Materia, entre la Gran Realidad y sus Imágenes Vivientes.
Una Gran Maestro dijo: El Alma es el producto de la acción centrífuga de la actividad Universal impelida por la acción centrípeta de la Imaginación Universal.
Términos. Centrífuga es la fuerza que trata de alejarse del centro. La fuerza que va del centro a la periferia. Centrípeta es la fuerza que es atraída por el centro. Fuerza que fluye de la periferia al centro.
Todo individuo puede fabricar Alma. Cuando conocemos la técnica de la Meditación Interna, cuando dirigimos el poder mental al interior de nuestro propio Centro, la resistencia que hallaremos internamente causará su reacción y cuando más vigorosa sea la fuerza centrípeta que apliquemos, más vigorosa será también la fuerza centrífuga que se forma. Así fabricamos alma. Así el alma crece y se expande. El alma fuerte y robusta encarna y transforma el cuerpo físico: lo transforma en materia más sutil y elevada hasta convertirlo también en alma.

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