El materialismo encierra una doble trampa:
1. Para tenerlo se justifica hacerle trampas a la moral.
2. Si no se lo obtiene, la carencia y el resentimiento justifica hacerle trampas a la moral.
La obtención de bienes materiales no ha de estar primero, sino en un lugar alejado de nuestra escala de valores.
Primero está el entender, comprender, saber, y apreciar, además de desarrollarnos fuertes y hábiles. El defecto en alguna de estas habilidades nos pone en peligro; nos expone.
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