Si se presentan ante nuestra consideración dos argumentos opuestos, por ejemplo:
- El hombre sí fue a la Luna
- El hombre no fue a la Luna
Y no tenemos modo de demostrar cuál es el correcto, entonces debemos prestar atención a los valores morales y a las pautas de conducta de quiénes los formulan.
El mentiroso siempre va a mentir; busca en los motivos, no en los hechos.
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